REITERAMOS: MEJOR PREVENIR QUE CURAR
Advertencias tempranas en Salud y en Política
Por Benjamín Malamud Lerner
Muchas veces para entender lo que nos está pasando con nuestra salud a nivel comunitario, tenemos que recurrir a referencia históricas, tanto como a los informes epidemiológicos que nos muestran cuáles son los problemas de salud predominantes y de los que debemos defendernos. Coinciden en las presentes circunstancias con otros malestares sociales y hasta de nuestra afectada naturaleza, que de una u otra forma nos advierte que hay límites que no se deberían cruzar.
Y lógicamente ya días del inicio del invierno, venimos observando que las infecciones respiratorias, tanto en niños como en adultos, son las de mayor preocupación. Durante la pandemia de Covid 19 pudimos observar que la principal patología que afectaba a los más pequeños y vulnerables, la Bronquiolitis, había disminuido sustancialmente su incidencia. Las medidas de prevención no vacunales del primer año pandémico: aislamiento, barbijo, higiene de manos, fueron realmente efectivas y evitaron internaciones y malos resultados, a muchos lactantes. He aquí un cuadro demostrativo:
Tener esta información en cuenta, ya que en La Falda y esta zona de Punilla los casos se vienen incrementando, y a veces poniendo en tensión la capacidad de los servicios de internación y los recursos sanitarios, bastante golpeados por deficiencias reiteradas y precariedades laborales.
Lavarse las manos, Vacunas y Barbijos
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), globalmente las infecciones respiratorias bajas (IRBI) -neumonías especialmente-, ocuparon el cuarto lugar entre las principales causas de mortalidad, con 2,6 millones de muertes en 2019 (antes de la pandemia), afectando en especial a los más pobres de los países del hemisferio sur.
El simple lavado de manos con agua (cuyas virtudes se conocen desde hace más de 180 años), según la revista Lancet, redujo las Infecciones respiratorias agudas altas (IRA altas), la inmensa mayoría virales (rinosinusitis, faringitis, otitis, sobre todo), en aproximadamente un 17 %, y las IRA bajas (neumonías, laringotraqueobronquitis, bronquiolitis), en aproximadamente un 22 %.
Lavarse las manos con jabón redujo las de IRA bajas en aproximadamente un 26 %, sin beneficios contra la influenza. Esto refuerza la necesidad de seguir vacunándose contra la gripe.
Efectos valiosos fueron y son los obtenidos mediante el uso de barbijos, prioritarios en personas con mayor vulnerabilidad y en ambientes con aglomeración y ventilación insuficiente.
De las vacunas ya hemos expuesto sus virtudes en mi nota previa. Solo actualizo la novedad de que quienes han padecido la enfermedad tienen buen y prolongado nivel preventivo para las reinfecciones por las variantes previas al Ómicron. Serán los programas nacionales los que orientarán a la utilización de refuerzos, ya que han comenzado a presentarse casos en los Hospitales Públicos.
Resistencia a los antibióticos
En la actividad médica cada día es más frecuente encontrarnos con procesos infecciosos bacterianos que años o meses antes respondían satisfactoriamente a algunos antibióticos y que actualmente obligan a la búsqueda de alternativas, no siempre fáciles de encontrar y a un costo casi siempre superior. El uso y abuso de antibióticos, tanto en el campo de la salud humana como en otras actividades agropecuarias, es el responsable de esta situación, la resistencia a antibióticos (RAB), que responde a un aspecto esperable y propio de la necesidad de supervivencia de las especies.
Fue durante la pandemia que se mal usaron antibióticos masivamente para una infección virósica con un incremento sostenido de la resistencia. Hoy parece algo del pasado, pero acríticamente se los utiliza en cuadros febriles “gripales” de evolución benigna y autolimitada.
Por ejemplo, en las faringitis un simple test (hisopado), nos puede orientar en minutos al uso correcto o no uso de un antibiótico. La falta de recursos de diagnóstico, la presión de la industria y la ausencia de modelo rector del Sistema de Salud, son parte del problema de la aparición de mayor resistencia.
En 2019, la OMS declaró la resistencia a antibióticos como “una de las diez principales amenazas mundiales para la salud pública a las que se enfrenta la humanidad”. En ese año “la RAB se cobró 4,95 millones de vidas, 1,27 millones como resultado directo de la resistencia”. Hoy el desafío está entre nosotros y no podemos ni debemos ser indiferentes a éste.
El Sistema de Salud y los intermediarios
Entre los pacientes y los Profesionales de la Salud (hoy en la especialidad pediátrica y en muchas más en realidad predominan las profesionales), desde hace muchos años existían modelos sanitarios solidarios, dentro de las comunidades, luego desde los sindicatos, las Obras Sociales, (OS), que acompañaban a la estructura de la Salud Pública. Los avances del modelo neoliberal llevaron a esta actividad de intermediación a ser un factor lucrativo para inversionistas, las llamadas Prepagas. Asimismo la administración de las OS públicas y gremiales, de trabajadores activos y pasivos, dejó de estar en manos de sus auténticos dueños.
Algo igual aconteció en el sistema solidario nacional del PAMI o Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, creado en 1971 para garantizar el derecho a la asistencia médica integral a las personas mayores. Las dificultades propias de un sistema complejo se agravan en las crisis económico-sociales, como la que padecimos al inicio de este siglo. Una de las víctimas fue un gran médico (fallecido el 29 -7 -2000) innovador en cardiología y destacada personalidad publica, René Favaloro.
En su carta póstuma señala claramente que en defensa de sus principios éticos tuvo que confrontar con una “Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales”. “Lo mismo ocurre con el PAMI. Esto lo pueden certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar del sistema…”
Al frente del PAMI en esas circunstancias estaban nada menos que H. Rodríguez Larreta y N. E. Vidal. Recordar esta dolorosa determinación de parte tanto de la Pta. del PRO como del Pte. A. Fernández, en medio de una contienda electoral, no es para nada algo inocente, y la respuesta de “canallada” sigue ocultando un turbio manejo de fondos de los pasivos, las principales víctimas de un sistema injusto. El mismo que aún hoy, con sensibles mejoras y mayor transparencia y eficiencia (medicamentos gratuitos) sigue necesitando de un sistema más integral, integrado y humanizado de salud.
Salud y Economía: hay modelos insalubres
Nelson Mandela: “Erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia”.
Todas las medidas que los gobiernos de origen democrático y popular pretenden implementar en beneficio de los sectores más postergados socialmente, chocan con un superpoder que los hace inviables. Recuerdo los esfuerzos de A. H. Illía, derrocado por un golpe de estado. De R. Alfonsín que tuvo que adelantar la entrega del poder en medio de una hiperinflación y las amenazas golpistas, a modo de golpe blando. Los responsables del fracaso de las democracias en pro de una mayor justicia social son los responsables directos de un 50% de una niñez empobrecida.
Las consecuencias que hoy padece nuestro país, donde los más poderosos especulan con los alimentos y el hambre, se deben según H. Rovelli, a “la vigencia de un cuadro simultáneo de extrema pobreza, extrema riqueza” y procurando “la destrucción estructural de su capacidad productiva”. Y concluye: “El problema en la Argentina no son los pobres, sino los ricos que se asientan básicamente en la renta agropecuaria y minera para vender al exterior… generan muy poco trabajo y de baja calidad”.
Y la pobreza no es solo estadística, es más enfermedad y muerte cuando se suma una mayor inequidad: peores condiciones de vida, de convivencia, dificultad en el acceso temprano a servicios de salud. Asimismo las explotaciones agrarias, sin los controles de las fumigaciones a las que son expuestas especialmente las infancias, son responsables no solo de enfermedades graves como el cáncer, malformaciones congénitas, etc. sino de intoxicaciones mortales, bien ocultas por los medios hegemónicos.
También se encontraron efectos sobre el neurodesarrollo: déficits de atención, hiperactividad, trastornos de aprendizaje, autismo, en la población infantil afectada y mayor riesgo de enfermedades del adulto, según un estudio de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Políticas Inclusivas o Violencias Excluyentes
“Represión sin compasión, es dictadura e incluso denuncia de lesa humanidad.”
Cuando tuve que elegir a quien votar en las elecciones del 2003, opté por “Lilita” Carrió. Los otros candidatos eran C. Menem, R. López Murphy y un desconocido N. Kirchner. Horas previas a la elección, las encuestas colocaban al “desconocido” en tercer lugar y opté por él, que sorpresivamente resultó elegido. La historia posterior los lectores con 3 o 4 décadas o más de vida, la conocen bien.
Durante su gestión, la Dra. Elisa Carrió jugó un rol opositor constante y bien conocido con gran promoción mediática. Incluso fue la autora de la teoría de un “comando cubano, venezolano, iraní” en el suicidio de Alberto Nisman. En medio de la pandemia acusó judicialmente al Presidente de “envenenador”, por una de las vacunas que se empezaban a utilizar.
Con esos antecedentes, sus declaraciones respecto de las propuestas de la derecha política, no dejaron de provocarme asombro, lo que afirmaba y que coincidía con mi pronóstico: “Hará un ajuste muy brutal sobre las clases medias en cuatro meses. Irá de la mano de una noción de orden que ya es parte del discurso de Macri, Bullrich y Milei. Pero no de un orden que proviene de la Justicia, de la República o de la represión respetando los derechos humanos, sino en la noción de un orden en el que hay que reprimir hasta matar si es necesario”.
Esas represiones ya las hemos conocido luego de la dictadura, por ejemplo la del 2001 con decenas de muertos en cercanías de la Plaza de Mayo, al finalizar el gobierno de De La Rúa. Las padecieron Chile, Bolivia, Perú, etc. No hay ajustes sin represión. Siempre acompañando los planes del FMI y neoliberalismo salvaje y absolutamente deshumanizado: desregulaciones laborales, privatizaciones y extranjerizaciones de bienes y empresas nacionales, shock devaluatorio con abrupta caída del valor del ya bajo nivel de salarios y jubilaciones, etc., etc.
Igualmente con el mismo propósito han utilizado el Lawfare y justamente, hace unos días el Juez Cassanello sobreseyó a C. F. de Kirchner por falta de pruebas acusatorias en la causa, muy promocionada por los medios hegemónicos y Cambiemos, de la “ruta del dinero K”. En cambio aún no se investiga la ruta del dinero de la familia Caputo que financiaron a los instigadores del atentado a la Vicepresidenta.
Finalizo esta nota Sr. Director reponiendo el subtítulo: Advertencias tempranas en Salud y en Política. No hay espacios en mi escasa lucidez para el pesimismo, porque después de todo lo que hemos vivido en más de 8 décadas sé conscientemente que la capacidad de resiliencia humana es maravillosa, que resurgen la vida y la esperanza aun en condiciones extremas, pero espero y hago lo posible para que no volvamos a padecer lo mal vivido. Pienso en los lectores que creen y defienden la democracia y los DD.HH. y estoy convencido de que podemos, procurar un mejor porvenir para nuestra niñez y nuestro país junto a los hermanos de la Patria Grande.
ninos/https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(23)00266-0/fulltext?dgcid=raven_jbs_aip_email
www.thelancet.com/series/LMICs-lessons-from-COVID-19
https://www.elcohetealaluna.com/el-problema-no-son-los-pobres/H. Rovelli.
https://www.sap.org.ar/uploads/archivos/general/files_efectos-agrotoxicos-07-21_1625686827.pdf