Mario Luna y sus bandas eternas
Viernes 21 de febrero, Aula Magma Facultas de Ciencias Exactas de Córdoba
Por Néstor Pousa
Mario Luna y sus bandas eternas
Viernes 21 de febrero, Aula Magma Facultas de Ciencias Exactas de Córdoba
Por Néstor Pousa
Pensado como un homenaje a la radio, la música y la palabra, el reconocido locutor y productor salteño Mario Luna ofreció un espectáculo que tuvo también mucho de autohomenaje a una trayectoria que dejó una huella profunda e indeleble en varias generaciones de oyentes en Córdoba.
Una síntesis de sus dos naves insignias: el programa Alternativa, a 53 años de su debut radial; y el Festival Argentino de Música Contemporánea de La Falda, aquel encuentro musical y generacional inolvidable del que recientemente se cumplieran 45 años de la edición inaugural.Y a partir de estos dos hitos, el repaso de un vasto currículum profesional que abarca otros recordados envíos radiales y una innumerable cantidad de recitales organizados con el sello y la impronta de quien llegó a los medios casi por casualidad.
Respaldado por una banda en vivo de características inusuales, compuesta por piano, teclado, batería, ocasionalmente guitarra acústica y bajo eléctrico, y un bandoneón solista; pero que ni bien empezó sonar la música el imponente auditorio de la Facultad de Ciencias Exactas se inundó de bellos sonidos y de jerarquía instrumental.
Luego de un comienzo con el relato, por parte del propio Mario Luna, sobre su infancia en Salta, su posterior traslado a Córdoba y sus inicios en la radiofonía, el contenido del espectáculo se centró en lo que fue su última creación radial bautizada Mendigos de la Luna, que tuvo su emisión inaugural un 1 de febrero de 2014, por la señal de Radio Universidad Nacional de Córdoba, y se mantuvo en el aire durante todo ese año. El nombre del programa está inspirado en una canción de Litto Nebbia que será la primera que se escuchará interpretada en esta ocasión por la banda en vivo que integran: Mario Díaz en guitarra y voz; Vale Arnal en voz; Cecilia Fandiño en piano, flauta traversa y coros; Diego Bravo en bajo eléctrico, teclados y coros y Esteban Gutiérrez en batería y percusión, con la dirección musical de Enrico Barbizi.
Con el formato de un programa de radio llevado al escenario, se sucederán momentos en donde los textos y la música se enlazan exquisitamente; como cuando Luna interpreta Las Palabras, prosa poética de Pablo Neruda, hurgando en el significado de algunos vocablos poco frecuentes que utiliza el poeta. Entonces redondea este bloque una conmovedora interpretación en vivo de Palabras de amor (Joan Manuel Serrat) en las voces de Mario Díaz y Vale Arnau.
Luego de que Luna desgrane algunas de sus anécdotas jamás contadas sobre el Rock Nacional y sus protagonistas a su paso por los escenarios cordobeses, seguirán apareciendo nuevos bloques: El Canto Contado es un clásico en el cual se pone en foco la poesía que atesoran algunas canciones, tal el caso de Asilo en tu corazón (Spinetta). Mario recitará la primera parte de la letra para que luego la banda de Los Mendigos de la luna la complete en letra y música con Enrico Barbizi en la voz principal, en otro de los momentos de lucimiento del ensamble.
Sin perder el hilo del ritmo radial, con el soporte de sus recordadas cortinas musicales y una pantalla de video operada por Cristian Correa en los controles, aparecen nuevos bloques (o podcasts), la Melodía Escondida, desde Barry Manilow a Chopin y desde Eric Carmen a Rachmaninoff a Eric Carmen; y el Canto Explicado sobre el tema Ojos de vídeo tape (Charly García) con la colaboración del periodista-conductor invitado Daniel Santos.
En el final de la velada el Comentario Narrado interviene un texto de Virginia Giussani titulado La Ciudad sin luz, que describe la crisis económica del 2001. Nuevamente la palabra, la letra y la música se vuelven a fundir, se suceden Borges, Pedro Aznar y Rubén Juárez para un cierre sublime con la banda a pleno y una música invitada: Lisette Grosso quien interpreta magistralmente el solo de bandoneón que Juárez plasmó en la canción Buenos Aires de Pedro Aznar.
Para los bises una nueva perla del frondoso anecdotario protagonizada esta vez por Los Abuelos de la Nada en La Falda en tiempos del festival de rock, fue la coda para que todo el público participe con coros y palmas en Himno de mi corazón como conclusión de una noche que tuvo una sabia combinación de buen gusto, notables recreaciones musicales, un repertorio ecléctico especialmente seleccionado y la emoción bordeando la nostalgia de los presentes.
En el que quizás sea su primer espectáculo en vivo como protagonista, Mario Luna se explaya con soltura y su reconocida maestría por terrenos que le son bien conocidos: la música, el culto a la oralidad y el correcto uso de las palabras en niveles que rozan la perfección.