¿La Salud Pública Privatizada, Hiperfragmentada y Devaluada?

La Medicina como Negocio de Bancos y Aseguradoras

Desde los inicios de mi participación en este periódico, ahora digital, fuimos advirtiendo en cada época los logros y fracasos del sistema de salud, que por definición constitucional debe garantizar nuestro bienestar bio-psico-social y ambiental y no solo actuar si padecemos una dolencia concreta.

Ya en la época de los 90, llegó una ola descentralizadora y privatizadora que se caracterizaba por imponer a cada pueblo un Centro de Salud municipalizado y autogestionado, lo que implicaba una calidad de servicios dependiente fundamentalmente del poder adquisitivo de sus vecinos.

Algo parecido ocurría con la Educación. Quienes residían en Comunidades con más pobreza tendrían menos recursos y calidad en las actividades sanitarias y educativas. Pero mantenía algún apoyo de subsistencia por medio de programas específicos o de coparticipación de recursos. Nuestro Hospital Regional y gratuito pasó a municipalizarse abruptamente y a rechazar a los pacientes de los Pueblos Vecinos, parcial o totalmente. Ud. recordará, Sr. Director, que hicimos todo lo posible desde la Convención Constituyente Municipal de 1995 y desde el propio personal movilizado, para oponernos a ese desatino o al menos para que el Hospital no se convirtiera en un simple Dispensario. Algo logramos.

Al comenzar el milenio, la crisis devengada por el fin de la convertibilidad golpeó duramente al  sistema de salud. En La Falda, el Intendente en ese momento el Sr. Juan C. Ottobre, nos pagaba semanalmente parte de nuestro sueldo de acuerdo a lo recaudado. Los vecinos se quedaron sin el dinero ahorrado gracias al corralito o corralón de D. Cavallo. Favaloro se suicida luego de varios intentos en vano de que el PAMI le pagara lo que le debía sin aceptar prácticas corruptas, por las atenciones de su Centro Privado Asistencial. Desde la Cooperativa de Agua y S.P. de La Falda, creamos al SISSAl, Sistema Solidario de Salud, con el apoyo de muchos colegas del campo de la salud y de la propia institución, para paliar los efectos sanitarios de la crisis.

Luego, diversos programas nacionales como la Asignación Universal por Hijo, el Plan Remediar, los programas Materno Infantiles y en especial el SUMAR, aliviaron las deficiencias emergentes, aunque no terminaron de concretar un Sistema Nacional Integrado e Integral de Salud, que desde 1974 el Dr. D. Liotta proponía desarrollar a nivel Nacional.

El retorno del Neoliberalismo al Poder se acompañó con un mayor énfasis al sector privado, reducciones en el Presupuesto Nacional de Salud, los hospitales en construcción se dejaron sin terminar. Hubo cientos de miles de vacunas que no se utilizaron y luego fueron descartadas. Se suspendió la vacuna contra el meningococo a los adolescentes. El broche de oro del neoliberalismo fue degradar al Ministerio de Salud.

La llegada de la Pandemia nos encontró sin recursos que tuvieron que adquirirse en China para que los Centros de Salud públicos y privados cumplieran con la demanda y no explotara aún más la mortalidad por el Covid 19. Desde los líderes del neoliberalismose promocionaba la quema de barbijos, se acusaba al Pte. Fernández de envenenador o de Corrupto por improbadas coimas pedidas a Pfizer (ofrecieron las Islas Malvinas a cambio!!). Desde las redes se generalizó la infodemia y desde la CABA se dispuso el retorno a clase sin la inmunización que recién se iniciaría un par de meses más tarde, lo que impidió una vacunación más exitosa.

Y ahora, Sr. Director, nos anuncian desde el mismo neoliberalismo, o del más Libertario, más de lo mismo pero más rápido. No solo contra la Salud Pública, sino contra todos los avances científicos que se lograron desde el CONICET (tan valiosos durante la Pandemia), que ya no es el de antes por la presión de grupos económicos sobre su directorio: por ejemplo no se pudo publicar una investigación donde se demostraba el efecto cancerígeno de un agrotóxico.

El Dr. Trotta, ex Director del Garrahan, sintetiza al modelo de salud libertario, que con pocos matices diferencian las propuestas neoliberales:

* Un sistema de seguro de salud (los Bancos y Aseguradoras privadas con fines de lucro).

* Financiamiento de la demanda (o sea se privilegia la enfermedad y no su prevención).

* Eliminación de fondos públicos a los hospitales (Autogestión con 40% de pobreza).

* Privatizaciones (la Salud Como Negocio de Inversoresy no un Derecho constitucional).

* Restricción de servicios y prestaciones médicas (Prevenir o enfermarse es un lujo).

* Reducción de camas en Hospitales Públicos (Sálvese quien pueda, con o sin pandemias).

* Flexibilización laboral de trabajadores de la salud (somos descartables aún más).

Finalmente el Dr. Trotta nos recuerda que “esta modalidad implementada por Margaret Thatcher en el National Health Service (NHS) en Reino Unido en la década de 1990 fue  ineficaz e inviable”. Lo mismo en la Colombia de Uribe en el 92 y el México de Fox en el 2000, entre otros países que lo intentaron.

Pretender desligarse del derecho a la salud de personas con enfermedades crónicas es ignorar que una persona afectada -y son muchas-, debería abonar:

* Con diabetes sin obra social, entre 9.539 y 78.867 pesos al mes.

* Con hipertensión, 19.540 pesos mensuales.

* Con Enfermedad Mental, de 21.016 pesos mensuales.

* Las vacunas obligatorias, 1.017.198 pesos, todas.

* Con VIH, se calcula que por mes 504.946 pesos.

* Con cáncer de mama unos 68.252.485 pesos al año.

* Con cáncer de colon entre 3.328.709 y 53.353. según el estadío.

* Con cáncer de pulmón al menos 8.864.647 pesos anuales.

Un capítulo especial lo merecen ciertas enfermedades que afectan a muy pocas personas pero que se llevan gran parte del presupuesto de salud de la Nación: Las Enfermedades Poco Frecuentes (EPF), y como la Fibrosis Quística 1.221.111 de pesos al mes, o con Atrofia Muscular Espinal entre 137.980.048 de pesos al mes o 729.750.000 de pesos por única vez según la droga.

A un paciente que reside en Huerta Grande le aplicábamos mensualmente 1 dosis de un medicamento que valía 400.000 pesos hace 1 año, procurando detener una enfermedad autoinflamatoria, siendo provista por el Estado.

Pero la salud de un pueblo según el Dr. Pablo Lutterini, “es asimismo mucho más que la atención médica o la sanidad: constituye un sinnúmero de eventos y acciones que impactan directamente:

* en la calidad de vida de los habitantes del país,

* en sus posibilidades de desarrollo,

* en su incorporación al proceso productivo y económico, y en su vida social y afectiva.

Independientemente de los factores que llevaron al inesperado triunfo (para la inmensa mayoría de los encuestadores) en “las Paso”, del modelo ultra liberal o de aceleración de los planes propuestos tanto por el FMI, o el ex Pte. por Cambiemos, la responsabilidad del actual gobierno en no haber denunciado oportuna y contundentemente la trampa en que nos pusieron con una deuda impagable, es indudable.

Ni un solo dólar de la misma se invirtió en salud ni en nada que redituara en beneficio del pueblo que ahora sufre las consecuencias de un país con la soberanía limitada o devaluada.

  No es menos ajena a esta suma de irresponsabilidades, es lo que acontece en la Justicia, donde la misma Jueza M. E. Capuchetti, que no investiga a quienes planificaron y financiaron a los grupos terroristas que prepararon el terreno para el atentado a la Vice Presidenta, es quien tampoco esclarece sobre la responsabilidad de M. Macri en ese vergonzoso endeudamiento.

Con la inflación actual sería casi imposible que triunfe una fórmula presidencial que confronte con el neoliberalismo, pero el riesgo para el pueblo, que es quien más ha padecido y padecerá las consecuencias del ajuste neoliberal, ahora es mayor que nunca.

Su triunfo solo sería posible si las fuerzas democráticas, que anidan en nuestra sociedad, coinciden urgentemente en un acuerdo programático, que priorice nuestra soberanía y progreso como Nación. Que con convicción no descuide ni la salud ni la educación dentro de un modelo de gestión democrático e inclusivo; que aleje las sombras del regreso al poder total, de quienes con o sin dictaduras, pero con la complicidad mediática y judicial, ejercen el poder real devaluatorio, privatizador y extranjerizante en nuestra Patria.