La Municipalidad de La Falda firmó un convenio marco de asistencia tecnológica con la Universidad Nacional de Córdoba
La Municipalidad de La Falda y la Secretaria de innovación y Vinculación Tecnológica de la Universidad Nacional de Córdoba firmaron un convenio de colaboración tecnológica reciproca destinado a la acción conjunta de Estado, Universidad y emprendedores privados.
La relación se concreta a instancias de un proyecto de estudiantes de la Escuela PROA La Falda con apoyo del Centro de Innovación Tecnológica local, para el desarrollo de un sistema de control que pueda operarse desde un celular y estará destinado, inicialmente, para una empresa privada, radicada en Villa Giardino, que fabrica equipos de generación de energía solar.
Santiago Palma, Secretario de innovación y vinculación Tecnológica de la Universidad Nacional de Córdoba, indicó que “este tipo de vinculación cumple con uno de los objetivos de la universidad, que es el de salir de los claustros a detectar demandas. Hemos detectado, de un tiempo a esta parte, la existencia de mucha demanda, desde el interior provincial, como en La Falda, de municipios que han tomado la iniciativa de crear centros de innovación y la universidad no puede estar ausente de esto. La idea de este convenio es hacer un marco de colaboración reciproca, para luego avanzar en actas acuerdo que posibiliten las ideas y proyectos en elaboración”.
Agregó que, “la universidad tiene dispuesto lo que denominará UNC Conecta que tendrá la función de conectar la oferta y la demanda a través, en este caso, del gobierno local, prestando todo su apoyo. Queremos asistir tecnológicamente a emprendedores, pero no tan solo en actividades de formación, si no también, específicamente, a empresas pymes y aquellos a los que se les presente algún problema para darles una solución y tener un seguimiento. En síntesis, que lo que llegue al CIT tenga una respuesta desde la universidad”.
Por su parte, el intendente Javier Dieminger, tras informar las razones que generaron la vinculación, el proyecto de los alumnos de la Escuela PROA y el empresario que demanda esa tecnología, apuntó que “ante la oportunidad los chicos acuden al CIT para conocer como se desarrollaría esa relación. La empresa entiende que el desarrollo es de los chicos, por lo tanto aparece la posibilidad de que ellos como emprendedores decidan patentarlo y fabricarlo o venderle la licencia al empresario, para darles una repuesta adecuada fue que consultamos a Santiago y su equipo, y allí nace el convenio general, porque institucionalmente la universidad necesita de un convenio para participar. La intención es que el CIT y la universidad acompañen tecnológicamente el proyecto y que este adquiera carácter empresarial por cualquiera de las vías que los chicos dispongan, y que esto no termine siendo sólo una actividad de final de curso. Obvio, que este es el proyecto que nos ocupa hoy, pero vendrán otros donde la valoración académica le da certidumbre y seriedad a lo que se proyecta… Creo que esto es una asociación virtuosa, donde los más beneficiados, en nuestra idea, van a ser los alumnos y sus profesores, para eso aportamos, y que un proyecto, que nace de una escuela, termine en una empresa de la zona y porqué no siendo vendido en el resto del país, producido por gente de la región”.