Valle Hermoso
Programa GENTIC para adolescentes no escolarizados
Germinó una semilla de transformación
Valle Hermoso
Programa GENTIC para adolescentes no escolarizados
Germinó una semilla de transformación
Los asistentes que cubrían el recinto mostraban la emoción a flor de piel, ojos húmedos, lágrimas rodando sobre rostros que denotaban alegría, abrazos fuertes, profundos, sentidos, gestos y palabras elogiosas, todo producto de un esfuerzo social válido y trascendente.
La escena que describo se produjo en la entrega de certificados a los dos chicos que concluyeron el programa de capacitación GENTIC (Tecnológia, Inclusión y Cooperativismo) en Valle Hermoso.
Por qué tanto, se estará preguntando, por dos adolescentes que superan una etapa de aprendizaje que por estos días parece ser común.
Es que en el camino al logro hubo que superar muchas etapas, todas ellas cargadas de riesgo, solo posible de concretarse si todos y cada uno de los intervinientes ponían de ellos la cuota máxima de sensibilidad, de entrega por el otro.
El inicio del derrotero sucedió cuando la encargada del Punto Digital, Soledad Cotta, descubrió que tenía un grupo de chicos que pasaban largas horas diarias utilizando las computadoras para escuchar música, jugar o chatear, en casos, no se detenían a la hora del almuerzo o se mal alimentaban, tampoco se observaba que hubiese alguien que se ocupara de ellos. Ante esa realidad, se planteó el algo “hay que hacer” y se lo trasladó a la encargada del área Identidad de Género, María Gabriela Coloccini, quien coincidió en la necesidad, que trasmitieron al Coordinador del Distrito Tecnológico, Luciano Lussello, el que elaboró un programa para la capacitación en informática de jóvenes excluidos de la educación formal, al que denominó GENTIC y se lo presentó al intendente Daniel Spadoni que de inmediato lo aceptó y sumó la prestación alimentaria, elevándolo al Concejo Deliberante que lo aprobó por unanimidad.
El programa se inició con cinco adolescentes, uno de ellos al poco tiempo se mudó de localidad, los restantes comenzaron la capacitación apareciendo los primeros problemas, había que iniciar todo desde lo más básico, ahí apareció Lorena, esposa de Lussello, quien, ad honorem, cubrió la necesaria tarea de mamá, maestra, amiga, para establecer el juego de la alfabetización y comunicación con la máquina; pero tras ello llegaron los conflictos de interrelación entre los educandos y la búsqueda de contener las sensaciones de fracaso, y allí llegó otro gesto solidario, el del psicólogo, Raúl Campos, que se dedicó, también ad honorem, a la contención y esclarecimiento, en los más variados aspectos, de personalidades que comenzaban a fluir desde la precariedad.
En el camino quedaron dos más, pero Mayra Nadia Barrera y Román Heredia Maldonado persistieron. La transformación que se ha dado en estos dos jóvenes es realmente impactante, cuando iniciaban este recorrido, los recuerdo como imágenes compungidas, temerosas, marginales, el hoy los presenta empoderados, sociables, capaces de exponer sus nuevos conocimientos y dispuestos a enfrentar el que vendrá.
Precisamente, lo que vendrá será una capacitación mayor en nuevas tecnologías, a la que está dispuesta la empresa Intertron, y la posibilidad de concluir sus estudios secundarios en el Instituto René Favaloro de La Falda, que dispuso una media beca para ambos, por lo cual se firmó un convenio con el municipio que solventará el 50% restante.
Pero, volviendo al principio, al por qué de tanta emoción, porque desde el primero al último de los funcionarios que tuvo intervención, desde quienes desarrollan las labores de maestranza a los que hicieron y les sirvieron la comida, todos, absolutamente todos, tomaron el compromiso de acompañarlos en el paso que los sacaba de la exclusión, porque todos entregaron de si para rescatarlos y sentían como propio el logro obtenido. Eso no tiene precio.
Para cerrar, al principio del acto Mayra elevó su voz y dijo “el que llora pierde”, al finalizar de igual manera impuso, entre lágrimas, “perdimos todos, porque todos lloran” mientras no terminaba de dar abrazos, llevando a cuestas su certificado y una cantidad de regalos que llegaron de casi todos los presentes.
La satisfacción que expresaban rostros y gestos eran palpables, eran protagonistas y hacedores de una trasformación social en base a la colaboración solidaria, tal vez mínima, pero que puede crecer exponencialmente.
N.H.